jueves, 5 de septiembre de 2013

Diálogo de madrugada

Parece mentira, ya ni me mira. Me siento mal, lo nuestro terminó. Antes fue todo el cariño para mí. En la   negrura de luna nueva así comenzó el diálogo. -No  debes tomarlo de esa manera Miguel, las mujeres siempre se  enamoran y  desenamoran y quienes padecen por ellas quedamos, como tú ahora, desencantados, ¡arriba ese ánimo! Ya  nos buscará y pedirá perdón, ya  verás. Deberías saberlo…  -Agradezco tu buena voluntad Julio, pero me duele. Sé que sabes de  historias de mujeres pero  no me alcanza. Ella  me olvidó y estoy seguro que será para siempre. Alguien me desplazó. Antes  dormíamos con la luz encendida, abrazados me apoyaba en su pecho. También caí de la cama  cuando ella soñaba. -Te confieso que hace  tiempo conmigo pasó lo mismo, después el romance fue contigo. Me tragué la ofensa, mas no te dije  nada, debemos adaptarnos a los vaivenes femeninos y ahora te tocó a ti. Cuando terminó conmigo   terminó una etapa feliz de su vida, eso fue todo. Confío que tarde o temprano me buscará. -Sospeché  que  contigo pudo haber algo, tu  confesión me lo confirma. ¿Cuándo fue que no me enteré? -Hace tiempo, cuando era una chiquilina de trenzas negras y pechos pequeños; íbamos a la playa, allí  también dormíamos abrazados. ¡cómo  quemaba el sol! A todos les hablaba de mí; les decía que la había atrapado, que no me podía dejar ni un minuto, que era lo más, y ya ves, ahora la miro y disfruto recuerdos tan bellos. -No sabes lo mal que  estoy. Fíjate que nuestro primer contacto lo tuvimos cuando ella estaba en el bachillerato, aún era la que me contáis con trenzas y senos pequeños. A la playa contigo e inmediatamente, cuando empezaron las clases, entusiasmada conmigo. ¡Y hoy es con un hippie de barba, con quien duerme  abrazada!. ¡Y con ese, que lo que menos tiene es cara de intelectual!  Con nosotros, tú hablándole de la Maga  y yo de Amadís de Gaula le inculcamos el gusto por la lectura y hasta una conducta de vida. -Veo los lomos de nuestros vecinos: Saint Exupery, Pirandello, Esopo todos le aportamos algo o mucho a su madurez que disfruta con el barbudo. No te preocupes Miguel, cuando tenga un niño seguro nos buscará y le leerá al niño esos pasajes que tanto la divirtieron; ahora creció, y seguimos en el estante en la cabecera de su cama, cualquiera de estas noches, cuando él ronque, estirará la mano y nos alcanzará. Sus libros no estarán nunca cerrados para siempre; aunque el tiempo nos pinte de amarillo al leernos  brotará  frescura de nuestras páginas.-Él duerme con su torso desnudo, ¡escucha cómo ronca! Mira: ella enciende su linterna, busca algo en el bolso, saca un libro, se ve que se cansó del burro que tiene al lado. Yo le hablo Julio, Mary…Mary, ¿me oyes? Soy yo, Miguel, estamos con Julio, acá, en el estante, nos tienes olvidados, extrañamos tus caricias… nos cambiaste por  ese que ronca. La muchacha soñolienta se restregaba los ojos en la penumbra. -¿Qué? ¿Quién? El embrujo de la noche apenas era iluminada por el cri cri de las estrellas. Comprendió en seguida quien le hablaba. -No crean amigos que los he olvidado. Xavi es lo más, duerme porque anoche estuvimos de festejos  ¡le avisaron que ganó el Primer Premio de Poesía de la Real  Academia con este libro que me dedicó:  “…de Poemas y de Amores” ¡Es un poeta divino! ¡Y me lleva a Madrid a cobrar el premio, 50,000 euros!


Nilo Puddu

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