miércoles, 23 de octubre de 2013

A tu boca

La curva perfecta de tus labios opuestos a los míos. El juego de cóncavos y convexos a los que se rinden lengua y lengua. Ese calor mustio de tus pestañas batientes asfixiando el espejo de mis pupilas, y el sabor de tus versos en mi garganta. El éxtasis de tus dedos nervudos en mi nuca, aferrados al precipicio de mis omóplatos, portadores de sal y desvergüenzas, enfrascados en la liturgia de las caricias. El olor de tu espalda tiznada de vida, irguiéndose bajo la proclama de mis susurros, y ese hambre de un muslo que embriaga a otro muslo hasta someterlo, hasta derrotarlo. Divagan mis ganas de ti por el dorso pálido de tus manos, por el perfil frágil de tus clavículas y el empeine al sur del tobillo. Murmuran deseos altisonantes y se atropellan los silencios de sutil templanza. Y cómo amaina el vendaval sobre tu pecho, y cómo capitula la tormenta alrededor de tu ombligo. A tus ojos migran mis pensamientos y en tu cuello amanecen mis obsesiones. Olvido la frontera entre tu piel y la mía, y me pierdo en los límites huidizos de tu sangre. Te devoro, te contemplo y me derrito.
A un amor tan insomne le brotan las noches eternas por doquier. A un deseo tan pecaminoso le asfixian la sombras ajenas a la tuya.
La curva perfecta de tus labios opuestos a los míos, la perfección curvada de tus besos sobre mi cara.


Juan Andrés Moya Montañez

1 comentario:

  1. Gracias por publicar aquí mi pequeño relato. Es todo un halago encontrarlo rodeado de textos tan hermosos y profundos. Un saludo :)

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