jueves, 3 de octubre de 2013

Letras, Miedo y Sangre

Por fin está todo en calma, por fin la noche que esperaba ha llegado, por fin el caudal de palabras brotará, pero hay un problema, aunque las condiciones son las correctas las palabras no llegan, es como si algo evitara que estas salieran de mí, no puedo creer, tanto que había esperado, tanto que hice para que ahora no pase nada.
Será que me falta inspiración, no lo creo, si fuera eso, ya no estaría aquí despierto, no, debe ser el miedo a ser descubierto, que igual que cualquier otro miedo te congela y detiene, pero también te indica que debes continuar y lograr tu cometido, luchar y vencer, qué es lo que haré, dejaré este miedo y escribiré como si nunca en mi vida lo volviera a hacer, ahora si surgen las palabras y bajo el tic-tac del reloj de pared se va formando la primera página de una gran historia.
El olor a tinta me indica que estoy haciendo bien mi trabajo, de repente un ruido procedente de la calle me deja frio, no es un fantasma, no es una persona, solo es el ruido de un disparo en la calle.
Reviso mi reloj y veo como el tiempo ha pasado, debo continuar pero otra vez el miedo me detiene. Por qué miedo, por qué te ensañas conmigo esta noche, por qué no buscas otro día o incluso a otra persona.
Veo la vela que me ilumina y noto la gran diferencia que tiene como cuando la encendí, el parar de escribir me hace notar el frio que hay en el ambiente, buscaré unos calcetines para ponerme.
Ya de nuevo en esta improvisada mesa, no siento el frio, pero noto que las palabras regresan a mí y esta vez parece que no van a parar porque vienen acompañadas de mi sangre.


Duvan Andrey Sánchez Rodríguez

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