lunes, 14 de abril de 2014

Demediado S.A.

Andrés era una de esas personas que, como se dice coloquialmente, siempre iban de frente. Cuando estaba de buen humor decía, con un criterio muy discutible, que yendo de frente no había manera de que a uno le dieran una puñalada por la espalda.
Esto, que así dicho, y de primeras, pudiera parecer una virtud, en el caso de Andrés, al aplicarse literalmente, se convirtió en algo insoportable.
En las reuniones siempre entraba el último y se iba el último, en la trainera siempre era el patrón, en la piragua el último remero…y de consumar mejor ni hablamos.
De trato afable, siempre se cuidaba de no discutir con nadie. Pero como el único modo fiable de que dos no discutan es que nunca coincidan, lo que añadido a que normalmente uno, así, discutir, lo que se dice discutir  en serio, sólo discute con aquellos que quiere, Andrés discutió una, y sólo una vez, con un amigo.
Su amigo, marinero de profesión, ya instalado en el psiquiátrico y hermético él, sólo acertaba a decir a los que le preguntaron sobre Andrés que era como si llevara aparejado a su espalda el fin del mundo.
En sus relaciones íntimas, y aunque nunca desdeñó a las mujeres, le tiraron más los hombres. Pero en lo que todos coincidieron es que siempre fue considerado aquello que eufemísticamente se conoce como el miembro activo de la relación.
Autónomo y ácrata de carácter, obviamente, nunca aceptó que le siguieran por lo que tampoco fue nunca considerado por sus compañeros como un líder.
Con el tiempo, debido a su radicalidad respecto a aquello de ir siempre de frente, y antes de la penúltima reforma laboral, debido a la mirada y a la llave de yudo, ambas demoledoras, con las que obsequió al máximo publicista de la empresa tras intentar cerrar amistosamente una aportación millonaria con una palmadita en la espalda, fue relegado al trabajo de recepcionista, ideal para él, ya que según dijo el consejero delegado de la empresa medio en broma pero muy en serio: así siempre estaría de cara al público
Así llegamos al porqué en la fachada principal de la sede de la compañía, gracias al director de márketing que por algo es el que mejor vive y el que más cobra, se puede contemplar un inmenso cartel con su rostro, en lo que a día de hoy es la imagen de Demediado S.A., empresa de contactos para casados cuyo lema reza “Según se mire”. La empresa, ni que decir tiene, se está forrando.


Carlos Enrique Rodrigo López

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